Los investigadores han descubierto que las heridas, incluido el acné, cicatrizan mucho más lentamente cuando una persona está bajo estrés. Una curación más lenta del acné significa que las espinillas permanecen más tiempo y son más susceptibles a aumentar de gravedad.
También se ve como si se tuviera más acné al mismo tiempo porque cada espinilla tarda más en sanar durante un brote.
Si bien el estrés por sí solo no es la causa de las espinillas del acné (la edad, las hormonas, las bacterias que producen el acné y otros factores están en juego), es evidente que el estrés puede desencadenar brotes y empeorar los problemas de acné existentes.
Además, cuando padeces estrés es posible que duermas mal, consumas alimentos menos saludables y rompas con tus rutinas habituales de cuidado de la piel, todo lo cual podría promover aún más los brotes de acné.