La piel seca y la piel deshidratada se suelen confundir, ya que los síntomas generalmente son muy parecidos, si no idénticos: tez apagada y desigual, sensación de incomodidad, tirantez, hormigueo, irritación y, a veces, comezón, así como descamación. Sin embargo, las causas biológicas de la piel seca y la piel deshidratada son muy diferentes. La piel seca es un tipo de piel permanente que carece de agua y lípidos. La piel deshidratada es un estado en el que sólo falta agua, pero no lípidos. Puede afectar a todos los tipos de piel -normal, grasa, seca o mixta- a cualquier edad. Suele ser un estado transitorio desencadenado por circunstancias específicas, como factores desencadenantes internos o externos que pueden alterar el ciclo biológico del agua en la piel.