Por otro lado, hay condiciones médicas y/o enfermedades que vuelven a la picazón en un problema crónico, es decir, que se mantiene por meses o, incluso, años, con brotes esporádicos y periodos de control.
La causa más frecuente de la picazón crónica es la dermatitis, una enfermedad dermatológica caracterizada por causar inflamación, enrojecimiento y sarpullido en zonas específicas del cuerpo.
Otra causa frecuente son las alergias, que son reacciones exageradas del sistema inmune frente a cierto tipo de químico o agente. Las personas con alergias suelen presentar brotes de comezón en verano o cuando están en contacto con la naturaleza.
Aunque es mucho menos frecuente, la picazón también puede tener un componente genético. Algunas pieles genéticamente más sensibles (especialmente de tonos claros y con tendencia a la resequedad) suelen tener episodios más frecuentes y severos de picazón.