No hay duda: es más fácil prevenir una quemadura solar que tratarla.
Las quemaduras solares ocurren cuando hay demasiada exposición a la luz ultravioleta (UV) del sol o camas bronceadoras La piel se pone roja, con dolor, caliente al tacto e incluso puede desprenderse.
Las quemaduras solares repetidas, especialmente durante la infancia, pueden aumentar el riesgo de cáncer de piel en el futuro. El primer paso para tratar una quemadura solar es buscar sombra y enfriar la piel.
Consulta a un médico si tienes fiebre, escalofríos o ampollas severas. No te rasques ni revientes ninguna ampolla, ya que esto podría provocar una infección.